Infecciones por virus de Epstein-Barr y citomegalovirus en pacientes con síndrome mononucleósico

Consuelo Correa Sierra, Vivian Kourí Cardellá, Lissette Pérez Santos, Yoan Alemán Campos, Yudira Soto Brito, Alina Álvarez López, Ana Añé Kourí

Texto completo:

PDF

Resumen

Objetivo: Identificar la frecuencia de infecciones por el virus de Epstein Barr (VEB) y citomegalovirus (CMV) como agentes etiológicos del síndrome mononucleósico en Cuba.
Método: Se estudiaron 555 sueros de pacientes con diagnóstico presuntivo de mononucleosis infecciosa (años 2006-2011), mediante ensayos inmunoenzimáticos de ELISA, según los protocolos descritos para los virus VEB y CMV, por los fabricantes de la casa comercial DiaSorin (Italia). Se determinó el riesgo, el intervalo de confianza y la significación estadística entre las diferentes variables.
Resultados: La prevalencia de IgG fue de 80,2% y 64,3% para CMV y VEB, respectivamente. En 53,2% de las muestras se detectó una infección activa (primaria o recurrente), siendo más frecuentes por VEB (35,9%) que por CMV(17,3%), (OR: 2,9, IC:2,2-3,9, p≤0,0001). Comportamiento similar se observó para las infecciones primarias (17,8%vs 2,9%) (OR: 7,7, IC: 4,4-13,3, p≤0,0001). Las infecciones activas fueron menos frecuentes entre los seropositivo al VIH (7,9% para CMV y 21,1% para VEB). La mayoría de las infecciones primarias (CMV 74,7%, VEB 93,7%) se identificaron en pacientes menores de 18 años, con un riesgo mayor para las infecciones ocasionadas por CMV (OR:12,5, IC: 1,6-95 p=0,0010) y VEB (OR: 2,8, IC:1,7-4,5 p≤0,0001), respectivamente.
Conclusiones: Se confirma que las infecciones primarias y recurrentes por el virus de Epstein-Barr son causa frecuente de síndrome mononucleósico, aunque el citomegalovirus puede también producirlo. Los resultados de este estudio refuerzan la importancia de combinar los estudios serológicos con los moleculares para el diagnóstico de herpesvirus como agentes causales de síndrome mononucleósico.

Enlaces refback

  • No hay ningún enlace refback.


Copyright (c) 2015 Panorama Cuba y Salud